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jueves, 1 de septiembre de 2011

Los Gnosticos

Desierto
El gnosticismo fue una de las lecturas que de la doctrina cristiana hizo cierto grupo de creyentes, discrepante con la que acabaría imponiéndose como canónica. Aprovecho el paso por Barcelona del teólogo Jens Schröter, del círculo gnóstico de Berlín, para preguntarle al respecto. Schröter es uno de los más relevantes estudiosos de los textos gnósticos, invitado por la Facultat de Teologia de Catalunya al simposio internacional sobre El moviment gnòstic en el marc del cristianisme antic. Padres de la Iglesia como Ireneo y Epifanio señalaron su carácter desviado: así acabaron arrumbados en los arrabales de la historia del cristianismo y cubiertos por las arenas del desierto...
Quiénes fueron los gnósticos?
Cristianos del siglo segundo y tercero... ¡que nunca se llamaron gnósticos ("conocedores") a sí mismos!

¿Quién los llamó así?
Un comentarista como Ireneo de Lyon en el año 175... ¡para condenarlos como herejes y apartarlos de la iglesia!

¿Qué decían esos cristianos gnósticos?
Que Sofía (sabiduría) se apartó del mundo superior de Plenitud, y los lamentos de su error impulsaron a un dios menor, un demiurgo, a crear este mundo inferior.

¿Este mundo nuestro?
Sí, este mundo.

Ese demiurgo... ¿es el dios del Génesis?
¡Sí! El Yahvé de la Biblia hebrea sería un dios menor y malvado, creador de la materia, corruptible y finita. Para los gnósticos, ¡el verdadero Dios no crea algo imperfecto!

Tienen su lógica, ¿no?
En este burdo mundo inferior, el ser humano es un saco de podredumbre, una túnica de carne, una cárcel de materia... que aprisiona una chispa de divinidad, de sophia.

¿Esa chispa es el alma?
Sí. Pero sólo es útil para algunos: para los que lo saben. Gnosis significa justamente "conocimiento": ¡sólo el que sabe se salvará!

¿Cómo salvarme, pues?
Mediante el conocimiento de que en este mundo inferior todo es pasajero... menos esa chispa divina. Conocerla bien te conecta con el mundo superior, con el Dios verdadero: tras tu muerte, liberarás esa chispa divina en el seno del mundo superior.

Y si no conozco, ¿qué?
La chispa queda vagante, perdida, malbaratada... "Sólo quien se conoce a sí mismo aprende el conocimiento de todo", reza una enseñanza gnóstica.

¿Y quién nos ayuda a conocer?
Los textos gnósticos, textos de conocimiento: evangelios que explican que Jesús vino a indicarnos el camino de conocimiento.

¿Qué evangelios son esos?
El Evangelio de Tomás. El Evangelio de Felipe. El Apócrifo de Juan. El Evangelio de la Verdad. El Evangelio de Judas. El Evangelio de María...

¿Estos evangelios son los llamados evangelios apócrifos?
Todos esos evangelios gnósticos serán tildados de apócrifos en el siglo IV. Hay más evangelios considerados apócrifos por la Iglesia, además de los gnósticos.

¿Dónde están los evangelios gnósticos?
En 1945 se hallaron 13 códices de pergamino del siglo IV en unas tumbas en el desierto egipcio de Nag Hammadi, milagrosamente preservados por el clima seco. Y hoy se estudian en museos y universidades de Oriente y Occidente.

¿Quién o quiénes escribieron esos evangelios gnósticos?
Seguidores del primer cristianismo. Atribuían un papel central a María Magdalena: la consideraban la discípula favorita de Jesús, la depositaria privilegiada de sus conocimientos, una genuina maestra.

Interesante.
En este Evangelio de María vemos al apóstol Pedro (padre de la Iglesia) algo celoso de la preeminencia de María Magdalena...

¿Qué otra enseñanza gnóstica puede resultarnos hoy llamativa?
El crucificado no era el verdadero Jesús: era otro. Y Jesús lo veía, y se reía.

¿Y por qué se reía?
Para subrayar que es la ignorancia humana la que da relevancia a la muerte. Jesús no nace de María: llega del mundo superior como redentor. Parece humano... pero no: Jesús es una emanación divina.

¿Alguna otra doctrina curiosa?
Hablaban de la Madre inefable que preside el cielo, la virginal Barbelo, cara femenina del Dios verdadero, que por tanto podría ser un Dios andrógino...

¿Ah, sí?
Es una poderosa alegoría de que no existe divinidad sin la unión de lo masculino y lo femenino. Es decir, una divinidad incompleta no es tal divinidad.

¿Podría este cristianismo haberse convertido en el hegemónico?
Difícilmente. Apreciaban el secretismo, por creer que no todos están preparados para conocer: era un cristianismo elitista.

¿Qué conducta cotidiana observaban los creyentes gnósticos?
Practicaban una vida lo más ascética posible. Y entre ellos destacaban los perfectos, cristianos de vida monacal.

¿Qué opinaban del sexo?
El sexo –por reproducir la carne, la materia de este mundo engañoso y maligno– era condenable. Pero se les acusó también de que –considerado el cuerpo irrelevante para salvarte– se entregaban a depravaciones sexuales. No hay pruebas de ello.

¿Hasta cuándo duró el gnosticismo?
Una rama, el maniqueísmo, sobrevivió hasta la edad media: sostenía la existencia de un dios del bien y un dios del mal.

¿Fueron quizá los cátaros medievales unos gnósticos tardíos?
Estrictamente, fueron unos cristianos antieclesiásticos, reformistas. Pudo haber alguna coincidencia con los gnósticos en su visión dualista... pero no me consta conexión.

¿Qué creyentes gnósticos conocemos?
Simón el Mago, Valentín de Alejandría, Pablo de Samosata, Carpócrates... Alguno de ellos repudió los espejos, porque reflejan y multiplican este inferior mundo nuestro de burda materia...

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