http://humildadjacobo2011.blogspot.com/

Sigue mi Blog Humildad http://humildadjacobo2011.blogspot.com/

viernes, 6 de agosto de 2010

Trascencer por la Sexualidad

¿Cómo y cuando se despierta en el ser humano, del sexo que sea, la necesidad de descubrirse íntimamente? ¿Cuándo descubre uno la curiosidad o la necesidad de provocarse placer sexual a uno mismo? Como en casi todo, cada persona es un mundo e inicia esa exploración de forma individual. Unos lo hacen de forma gradual, desde la infancia hasta la adolescencia, otros se inician en la madurez y otros quizá no lleguen a descubrirlo nunca.

El deseo sexual es tan inherente al ser humano como el apetito o el sueño, aunque para algunos ascetas resulta más fácil de reprimir que cualquiera de los dos anteriores. El común de los mortales suele rendirse ante él en algún momento de su vida, con o sin pareja. Muchas veces se habla de la prostitución como ‘la profesión más antigua del mundo’, puesto que desde los albores de la humanidad ha habido quien a cambio de una u otra cosa ha ofrecido su cuerpo. Pero… ¿en qué momento descubrió el ser humano que determinados roces, olores o situaciones eran capaces de provocarle tamaño placer sin la necesidad de un acompañante?

Teniendo en cuenta todos los tabúes que han acompañado desde hace siglos a la masturbación, nadie puede constatar en qué momento a un homínido se le ocurrió la feliz idea de tocarse, y menos si esa suerte de ser humano primitivo era del género femenino. Sin embargo, estos días me ha sorprendido una imagen que ha hecho que decida dejar un poco al margen –al menos por un día - los comentarios del círculo de sabias que hablan, practican y aconsejan a nivel amateur sobre sexo.

El sexo de nuestros primeros padres

Se trata de una talla prehistórica con forma fálica hallada en unas cuevas cerca del canal de Gota en Suecia. Los arqueólogos responsables del hallazgo aseguran que se trata del juguete sexual más antiguo del mundo. Su procedencia temporal asusta: sus descubridores afirman de podría tener entre 6.000 y 8.000 años de antigüedad.

Algunos abogan por el hecho de que se trate de una representación simbólica del aparato genital masculino, algo que según los expertos es una rareza, ya que se han encontrado infinidad de representaciones de cuerpos femeninos con los atributos sexuales de proporciones exageradas. Sin embargo, estos descubridores están convencidos de su utilidad, y eso que se trata de un objeto de piedra.

Sin embargo se equivocan al afirmar que es el más antiguo. Según los datos, el primer dildo de la historia hallado hasta el momento data de hace aproximadamente 28.000 años, justo la época del Paleolítico Superior en la que, a tenor de lo asegurado por los expertos, es cuando se puede constatar un cambio en la mentalidad de los homínidos en lo que a sexualidad se refiere. Esto es, según los historiadores, en esa época el sexo dejó de producirse por el mero afán reproductivo y tomó derroteros más lúdicos y placenteros.

Los olisbos griegos, todo un descubrimiento

Como siempre, los griegos tomaron la delantera en esto de hacer del sexo algo libre y sin estigmas -al menos para el hombre, dado el hecho de que para ellos la mujer era un mero ente reproductor- y comenzaron a hacer negocio con los juguetes sexuales. Según recogen documentos de los siglos IV y V a. de C., en la Antigua Grecia se distribuían los llamados olisbos, una suerte de dildos de distintos materiales que iban desde la piedra hasta el cuero. De ahí a Roma y después al Cristianismo, que en sus etapas más cerradas acompañó al oscurantismo sobre los temas de carácter sexual.

En la actualidad hay tabúes de los que cuesta deshacerse, en especial el de la masturbación y el del hecho de poseer un juguete sexual. Eso sí, una vez superado el primer sofoco cuando a uno le pillan en pleno acto de disfrute individual hay hasta quien le busca un apodo a su mudo acompañante. Incluso hay quien pasada del dildo, una vez hecho el rodaje, a otros juguetes sexuales de lo más avanzado y a los vibradores –sí, son dos cosas distintas y se diferencian precisamente en eso: en la movilidad o no del juguete en cuestión y en que los dildos tienen forma fálica por definición y los vibradores no han de tenerla forzosamente-.

Aunque hay quien prefiere hacer las cosas a la antigua usanza: por sus propios medios o con la ayuda de un dildo. Al fin y al cabo, hasta nuestros tataratataratatara (elévenlo a la enésima potencia) abuelos, lo hacían en los tiempos más remotos. Todo sea por alegrarse un poco la existencia, que ya bastantes dolores de cabeza da pensar en la crisis o, extrapolado al Paleolítico, la forma de cazar esos bisontes que siempre se nos escapan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario