“El que entre vosotros quiera ser grande,
sea vuestro servidor.”Mateo 20, 26
Perfil del líder, es un libro que profundiza en las virtudes de la persona para llegar a ser un líder ejemplar. En sus páginas Alexandre Dianine-Havard nos explica la grandeza del servicio, el sentido común, la humildad, la voluntad firme, la sabiduría práctica, la unidad de las virtudes, el perfil moral del líder, la influencia cristiana y concluye con un programa para ayudarnos a ser lideres virtuosos.
Solzhenitsyn escribió una vez “¡Si las cosas fueran tan simples! ¡Si fuera posible identificar a las personas malas qué cometen insidiosamente actos malvados, separarlas de los demás y aniquilarlas! Sin embargo, la línea de separación entre el bien y el mal atraviesa el corazón de cada ser humano. ¿Y quién se presenta voluntario para destruir su propio corazón?”Con su infalible ojo estratégico, Solzhenitsyn penetro en la esencia de nuestro asunto: el corazón humano.
Los que están dispuestos a convertir su corazón son líderes. Los que no quieren hacerlo son caballos perdedores.
Los líderes nunca están satisfechos consigo mismos. Siempre están “en camino”, durante toda su vida se esfuerzan en progresar.
El liderazgo no excluye a nadie. No es una vocación para unos pocos privilegiados, sino para muchísimas personas. El liderazgo no implica forzosamente la fama, pero sí, siempre, la virtud. Siempre está a nuestro alcance.
La virtud contribuye poderosamente al éxito en nuestra vida profesional y privada, pero no lo garantiza. En no pocas ocasiones, la virtud conduce alostracismo (Solzhenitsyn, Escrivá, Lejeune) o a la muerte (Stolypin, Tomas Moro, Juana de Arco).
Cualquiera que sea la virtud, si la practicamos, hará de nosotros un punto de referencia para los que nos conocen, y siguen el camino que hemos trazado. Cuanta verdad encierran estas palabras de Escrivá: “Nos despreciéis las cosas pequeñas, porque en el continuo ejercicio de negar y negarte en esas cosas –que nunca son futilidades, ni naderías- fortalecerás, virilizaras, con la gracia de Dios, tu voluntad, para ser muy señor de ti mismo, en primer lugar. Y, después, guía, jefe ¡caudillo!..., que obligues, que empujes, que arrastres. Con tu ejemplo y con tu palabra y con tu ciencia y con tu imperio”.En esta fructífera combinación de humildad, dominio de sí y magnanimidad se encuentra la clave del liderazgo.
sea vuestro servidor.”Mateo 20, 26
Perfil del líder, es un libro que profundiza en las virtudes de la persona para llegar a ser un líder ejemplar. En sus páginas Alexandre Dianine-Havard nos explica la grandeza del servicio, el sentido común, la humildad, la voluntad firme, la sabiduría práctica, la unidad de las virtudes, el perfil moral del líder, la influencia cristiana y concluye con un programa para ayudarnos a ser lideres virtuosos.
Solzhenitsyn escribió una vez “¡Si las cosas fueran tan simples! ¡Si fuera posible identificar a las personas malas qué cometen insidiosamente actos malvados, separarlas de los demás y aniquilarlas! Sin embargo, la línea de separación entre el bien y el mal atraviesa el corazón de cada ser humano. ¿Y quién se presenta voluntario para destruir su propio corazón?”Con su infalible ojo estratégico, Solzhenitsyn penetro en la esencia de nuestro asunto: el corazón humano.
Los que están dispuestos a convertir su corazón son líderes. Los que no quieren hacerlo son caballos perdedores.
Los líderes nunca están satisfechos consigo mismos. Siempre están “en camino”, durante toda su vida se esfuerzan en progresar.
El liderazgo no excluye a nadie. No es una vocación para unos pocos privilegiados, sino para muchísimas personas. El liderazgo no implica forzosamente la fama, pero sí, siempre, la virtud. Siempre está a nuestro alcance.
La virtud contribuye poderosamente al éxito en nuestra vida profesional y privada, pero no lo garantiza. En no pocas ocasiones, la virtud conduce alostracismo (Solzhenitsyn, Escrivá, Lejeune) o a la muerte (Stolypin, Tomas Moro, Juana de Arco).
Cualquiera que sea la virtud, si la practicamos, hará de nosotros un punto de referencia para los que nos conocen, y siguen el camino que hemos trazado. Cuanta verdad encierran estas palabras de Escrivá: “Nos despreciéis las cosas pequeñas, porque en el continuo ejercicio de negar y negarte en esas cosas –que nunca son futilidades, ni naderías- fortalecerás, virilizaras, con la gracia de Dios, tu voluntad, para ser muy señor de ti mismo, en primer lugar. Y, después, guía, jefe ¡caudillo!..., que obligues, que empujes, que arrastres. Con tu ejemplo y con tu palabra y con tu ciencia y con tu imperio”.En esta fructífera combinación de humildad, dominio de sí y magnanimidad se encuentra la clave del liderazgo.
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